Por: Juan Pablo Cano Tobón
El lugar en sí solo alberga buenas historias, sin embargo su ambientación bohemia es perfecta para contar historias de borracheras, desamores y ratos entre amigos. Con esto hago referencia a que la historia en sí se modifica, es decir, la anécdota que dota de significado al lugar se basa en los buenos momentos y conversaciones que tuve en el Windsor PUB con una chica con la cual salí alrededor de unos seis meses y con la que visité mucho el lugar.
Cada que íbamos el lugar seguía inamovible, como congelado en el tiempo y le daba un toque muy vintage disfrutable. La música era genial, rock desde los 60’ en adelante, y el servicio, sin ser algo del otro mundo, te hacía sentir como en casa, o más bien como en una de esas películas de los 90’ en un bar rudo pero de moda.
El Windsor, entonces, se volvió ese lugar al que ir siempre que queríamos salir a hacer algo tranquilo, por ende se comenzó a desarrollar cierto apego por el lugar y su ambiente. Ahora bien, la historia nace de pensar en las múltiples formas en que he terminado las relaciones con mis parejas, más aún, de pensar en lo mucho que sigo un patrón en cuestión de romper corazones.
Las últimas cuatro parejas, que se pueden decir, contaron con cierta seriedad en cuestión de la relación, han terminado más o menos con el mismo monólogo sin sentido donde intento explicar por qué no quiero estar con ellas sin que suene demasiado cruel; lo que termina resumiendo en un “No eres tú, soy yo” “Quiero nuevas cosas” “Quiero estar solo»…
En ese sentido, pensé en el Windsor como el espacio donde ese tipo de monólogos y sentimientos de mierda se podrían albergar y confundirse con los olores mientras se van al ritmo de “The clash”. En la historia entonces se contará como un jóven, de 21 a 23 cita a su pareja actual al Windsor cuando siente que es la hora de darle el último adiós.
Charlan largo rato durante la noche y cuando siente que es el momento, le da un monólogo que de chispazo le parece haber dicho ya otras mil veces; esto le crea gran conflicto interno, que sumado a la explosiva reacción de sus dos ex’s anteriores, lo pondrán en un aprieto que tendrá que resolver rápidamente en su cabeza si quiere salir de ese bar sin novia (como tantas veces ya lo ha hecho) y sin parecer un completo idiota insensible.