El Mueble de los Recuerdos

En medio de un lugar amplio de baldosas geométricas de color rojo y amarillo, se podía dislumbrar una poltrona vinotinto con estampados de colores, el espacio preferido de la bisabuela…

Por: Luisa Fernanda Mejía Suárez

Hay recuerdos que por más que pasan los años siempre quedarán: una fotografía, un sentimiento, un objeto o simplemente historias bonitas que contar. Cuando alguien ya no se encuentra con nosotros jamás nos deja. Nunca se va por completo. Su esencia queda, su voz se escucha, y algunas personas jamás nos dejan. Son simplemente eternas. 

A tan solo unas cuadras del parque principal del municipio de Yarumal, Antioquia, se encontraba la casa de Libia García: mi bisabuela. Tenía 6 piezas, un comedor grande y una sala gigante. Este último era su lugar favorito para sentarse a recibir sus visitas y estar todos en familia escuchando sus historias. Era  sin duda un espacio muy especial donde nos sentíamos acogidos por el amor que allí se vivía, y también nos brindaba mucha seguridad estar ahí al lado de ella. 

Tuvo 11 hijos. Y muchos de ellos se fueron a vivir a Estados Unidos. Pero la única que vivió la mayor parte de su vida con ella fue mi abuela Guillermina. Quién le seguía los caprichos y quién le ayudaba económicamente a sostener el lugar. Uno de sus hijos es sacerdote y a ella le llenaba de orgullo verlo en la casa, cuando cuando llegaba después de una misión. Invitaba a sus amistades y a toda su familia a una santa misa en su casa. 

Había una parte favorita de la casa que era la sala un lugar  amplio con baldosa geométrica de color rojo y amarillo, no tenía puerta ahí era donde pasaba su mayor tiempo y compartía con toda la familia, recibía las visitas y era un espacio donde se sentía tranquila y segura, ella era la reina de la casa, su mueble preferido era una poltrona vinotinto con  estampados de colores, en la mesa redonda del centro ponía sus carpetas de croché que ella misma tejía, habían  varias repisas de vidrio donde ponía una cantidad de porcelanas que le gustaba coleccionar de todos los tamaños y formas.

Mi bisabuela formó el núcleo familiar más importante. Nos enseñó a querernos y a estar unidos como familia, sin rencores ni errores del pasado. Era nuestra felicidad y la persona favorita para compartir en las fechas especiales. La sala de la casa, su lugar favorito en el que podía pasar horas y horas sentada esperando que llegaran sus visitas o esperar a que alguien de la familia se sentara para contar sucesos bonitos que pasaron en su vida y que ella aún los recordaba. Muchos de ellos causándole dolor pero la mayoría una gran felicidad, que siempre le sacaban una sonrisa. 

Lastimosamente mi bisabuela falleció en el año 2007. Dejando un gran vacío y dolor para toda la familia. Pero este suceso logró que la familia se uniera más y sólo nos quedó los recuerdos y aprendizajes de amor, solidaridad y respeto. La sala, su mueble y su cuarto desaparecen porque no podíamos pasar por el estos lugares sin que nos acordáramos de ella. Y en muchas ocasiones sentíamos su presencia. Y aunque era bonito sentirla, queríamos que tuviese un descanso en paz.

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