La Coquerita

“La Coquerita” es una casa construida por un pescador en medio de un acantilado, en una reserva natural ubicada en Capurganá, Antioquia.

Por: Alejandra Hernández Velásquez

Un relato de vacaciones en medio de la naturaleza marina. “La Coquerita” hace a lusión a un espacio campestre, humilde y sencillo, marcado por un lugar hecho en madera, con 

piscinas naturales, hamacas, mucha naturaleza y una perfecta vista al mar. Es un lugar para descansar y relajarse, escuchar música, devorar libros y tomar fotografías.

“La Coquerita” es un lugar totalmente mágico, precioso y agreste. En mi opinión uno de los mejores planes para realizar, si estas en la región de Capurganá, Antioquia. Yo estaba con mi novio y su familia de vacaciones, él y yo decidimos ir a conocer la famosa Casa en el cuarto día de nuestro paseo. La caminata para llegar a este lugar es de unos 50 minutos aproximadamente. Un camino con algunas dificultades, pues no es muy fácil de alcanzar ya que está lleno de piedras, raíces, pendientes y toda la majestuosidad que la selva y el mar pueden reflejar. Pero entre conversaciones e imágenes, se hace entretenido el trayecto. “Si estás con la persona que más quieres, hablando y observando los hermosos paisajes que ofrece este lugar, pues siempre vas al lado del mar con paisajes de costa que son fantásticos, se hace entretenido”, dice Alejandra.

Las flechas amarillas van guiando el camino y cuando finalmente llegas te encuentras con una hermosa cabaña construida en un acantilado donde sus propietarios -amables y serviciales- te atienden muy bien. Cuando llegamos quedamos encantados pues nos pareció un lugar hermoso, lleno de mucha naturaleza, de paz y tranquilidad. Por el módico precio de $3.000 (usd 70 centavos) tienes derecho no solo a la espectacular vista, si no a bañarte en las piscinas de agua salada y agua dulce. Plan relajante para después de la caminada.

Nosotros decidimos quedarnos en una de las piscinas naturales y una señora nos tomó una fotografía para exhibir en el lugar. A cambio, nos regaló una copia. Y como nadie tenía celular, ese es el recuerdo que tengo de “La Coquerita”. 

Miramos un rato como golpeaban las olas en las rocas, apreciamos el atardecer y tomamos coco loco con patacones. En este lugar venden muy pocas opciones para comer, entre ellas: limonada, jugo de Flor de Jamaica, cocos locos y patacones con queso y hogao.

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